Tabla de contenidos
- El coste oculto de la interacción con la IA
- Huella ambiental y consumo energético de la IA
- Cómo la IA está desafiando el liderazgo energético europeo
- ¿Estamos olvidando que hablamos con máquinas?
El coste oculto de la interacción con la IA
Sistemas de IA como ChatGPT y Microsoft Copilot procesan cada palabra que escriben los usuarios, incluyendo los automáticos «por favor» y «gracias» que se introducen por costumbre. Estos añadidos corteses pueden parecer inofensivos, pero incrementan la carga de datos que los sistemas de IA deben procesar con cada solicitud. El CEO de OpenAI, Sam Altman, señaló que estos gestos de cortesía por sí solos son responsables de decenas de millones de dólares en costes energéticos anuales.
Cada palabra o fragmento de palabra requiere procesamiento. Escalado a millones de usuarios y solicitudes diarias, se traduce en un mayor consumo energético.
Esto también aplica a temas altamente buscados con grandes volúmenes de datos en plataformas como europages. Imagina, por ejemplo, la cantidad de búsquedas sobre productos alimenticios y los datos añadidos por proveedores... ¡todo procesado por la IA!
Huella ambiental y consumo energético de la IA
¿Sabías que una sola respuesta generada por IA puede consumir hasta 0,14 kWh de electricidad? Esto equivale a mantener 14 bombillas LED encendidas durante una hora.
Por sí sola, esta cifra puede parecer insignificante, pero multiplicada por los millones de instrucciones que se generan cada día en distintos sectores, el consumo total de energía se convierte en sustancial.
En 2024, los centros de datos que alimentan los sistemas de IA fueron responsables de aproximadamente el 1,5 % del consumo eléctrico mundial. Se espera que esta cifra se duplique en 2030 conforme aumenta el uso de la IA. Estas instalaciones representan alrededor del 2 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Las instrucciones largas implican más procesamiento para las empresas que utilizan IA, lo que aumenta los costes y dificulta el cumplimiento de los objetivos ESG.

¿Cómo la IA está desafiando el liderazgo energético de Europa?
Las empresas europeas están integrando rápidamente la IA en sus flujos de trabajo diarios, desde la contratación hasta el mantenimiento predictivo.
Esta ola de adopción coincide con la ambición de la UE de liderar la transición energética mundial. Pero pequeñas ineficiencias en el uso de la IA pueden socavar estos esfuerzos.
Se acumulan las instrucciones extendidas y multiplicadas entre equipos y sistemas. No solo aumentan la necesidad de cálculos, sino que también contribuyen a aumentar las emisiones. Una contradicción para las empresas que buscan cumplir con los objetivos del Pacto Verde Europeo.
En los sectores en los que los modelos de precios se basan en el uso, como las suscripciones de IA, los costes ocultos pueden acumularse silenciosamente. Al mismo tiempo, la responsabilidad medioambiental se está convirtiendo en algo innegociable. Las empresas con fuertes compromisos ESG deben incluir ahora el consumo de energía relacionado con la IA en sus métricas de sostenibilidad.
¿Estamos olvidando que hablamos con máquinas?
Existe un debate continuo en la comunidad de la IA. Algunos desarrolladores sostienen que el lenguaje cortés mejora la experiencia del usuario y ayuda a mantener un tono positivo en el lugar de trabajo. Un diseñador de Microsoft Copilot, por ejemplo, ha fomentado el uso de frases naturales y amigables.
Sin embargo, la IA no necesita amabilidad, necesita claridad. La cortesía no afecta la precisión del rendimiento, aunque puede influir en el tono y estilo de las respuestas. Desde una perspectiva técnica, las instrucciones claras y específicas son más eficientes.
Las instrucciones minimalistas son cada vez más habituales en entornos empresariales y técnicos. En contextos de gran volumen, reducir el número de palabras por petición puede generar ahorros significativos.

Conclusión
El instinto de cortesía es una parte natural de la comunicación humana, y no es sorprendente que las personas extienden espontáneamente esa cortesía a las máquinas. Pero en contextos profesionales en los que la IA es solo una herramienta, la claridad y la eficiencia deben primar sobre la cortesía.
A medida que la IA se integra cada vez más en las operaciones empresariales de toda Europa, la atención debe centrarse en la eficacia funcional más que en las frases amables. En el contexto de la IA, la brevedad no es grosera. Es responsable.
Para conocer más sobre el impacto de la IA en la industria, lee los artículos a continuación:
- Ley de IA de la UE: el marco jurídico de la IA | Europages
- Logística: desafíos de la IA y la automatización | Europages
- Nueva ley sobre IA de la UE: claves actuales | Europages
- ¿Puede la IA ayudar en la transición energética? | Europages